Interview “Un Cafe con Silvio Grand" by Mario Marciano 2014
Entrevista: “Un café con Silvio Grand” en su visita a Buenos Aires. Por Mario Marciano. Transcripcion.
En Caballito, el corazón de la clase media de Buenos Aires, 10:30 de la mañana. Hace calor. Un edificio alto construido en los tiempos de Peron, un pasillo largo, ventanas, mucha luz, plantas, muchas plantas. Un perro con una pelota de tenis en la boca que logra ladrarme sin que la misma se le caiga. Me detengo en una puerta. No queda duda de que aca vive Silvio; asi me lo indica el cartel “Atenti al Cane”, y su vos desde adentro:
Silvio: Ulises, no le ladres que todavía no sabemos si es oficialista u opositor!
Ulises de inmediato abandonó la pelota para saludarme en dos patas, como si ya no le importara mi posición política. Al abrirse la puerta, se siente un perfume a medialunas y café. Al entrar, una exagerada cantidad de imanes me saludan, y esconden detrás suyo una heladera grande y brillante. Una sala preparada para bailar, una barra de danza en la pared, bastante ordenado todo, excepto por un par de zapatos blancos y viejos en medio de la sala. Un farol árabe colgando, dos muñecas rusas, (una de madera y una de carne y hueso) y ésta última muñeca me saluda con un beso, se retira con una bolsa de zapatos de baile, diciendo: “hasta mañana a las 10…”. Un sofá, y una ventana para ver toda la ciudad desde lo alto. Todo lo indica… Encontré finalmente “El nido del gorrión” que mencionan los tangos.
Silvio: Él es Ulises, el perro del pasillo. Ponete cómodo. Que queres? café? es italiano, es bueno. O preferís unos mates?
Mario: Que me recomendás?
Silvio: El café obvio… Primero que ya está hecho, y además es Arábica, de lo mejor…! Mate podes tomar todos los días aca… Si te portás bien, y no me criticas mucho, te regalo un paquete.
No me va a costar conversar con Silvio (pienso). Hombre de buen conversar, y líder a la hora de una decisión tan importante. El café siempre me causa acidez, pero ya me convenció.
Mario: Café entonces! Pero… y Ella…?
Silvio: Quien…? Ah.. la chica que salio… es una alumna…
Mario: dijo hasta luego, la esperamos? Toma clases de baile a las 10 de la mañana? De donde es?
Silvio: Ahhh… te gusto eh! Mirá que tiene novio!
Mario: y vos como sabes que tiene novio? le preguntas a todas tus alumnas o acaso ya probaste invitarla a salir?
Silvio: Que..? Quien…? Yo…? Jamas…! Nunca! Nunca invite a salir a una alumna… (Lo dice mirando el grabador en la mesa y dirigiendo la vos hacia este)
Mario: no te creo…
Silvio: bueno, una vez si (piensa) a ver déjame recordar… puede ser que alguna vez más, pero raramente. Lo último que me pasa por la mente en una clase es usar el tiempo de una alumna para el coqueteo, me irrita esa idea… y mucho. Pero te digo: más respetas su tiempo, más ubicado sos, y creo que más atractivo terminás siendo…
-interrumpo- Mario: y entonces… como sabes que tiene novio?
Silvio: y se lo pregunté una vez… hace años la conozco! Tomó clases conmigo en varios lados, en Moscù, en Vladivostock, Sakhalin…
Mario: Donde???
Silvio: Rusia del Este, por allá! (Silvio ríe, con una risa muy contagiosa, mientras sirve café)
Mario: pero te reis, te pone nervioso? De sus picardías se acuerda dice la frase…
Silvio: No… Sabes de que me rio? hace unos días estaba en el 53 con uno de mis amigos más cercanos, que también baila. La charla era algo así: -“Che, como te fue en Estambul? – Bien, muy bien! Hasta tuve tiempo de recorrer un poco, vos conoces? – Claro estuve varias veces, no te acordás que yo salía una chica de ahí? y en Antalia también, pero me quede con ganas de hacer un salto y ver Egipto, vos fuiste? – a Egipto si, prefiero lugares más tranquilos. Vos de donde venís ahora? San Petersburgo? – Fui al interior de Rusia, y más a Italia, Austria, Alemania… “ El que estaba adelante se dio vuelta y nos miró feo… En el bondi, te imaginas? Habrá pensado que estábamos borrachos! (Otras vez las risa contagiosa)
Silvio: Los bailarines un poco nos vamos volviendo locos… pero es lindo. Ves ejemplos de vida diferentes que me hicieron entender que no existe tanto ese “correcto o incorrecto”. Se puede ser amable de muchas maneras distintas y el respeto o maltrato se expresan muy diferentemente si se quiere. Cuando empecé a viajar me parecían todo tan raro, ahora más bien pocas cosas me sorprenden.
Mario: No tengo dudas de habrás aprendido mucho de cultura, de sociedad, de costumbres, y de si las alumnas tienen novios! Como me cambiaste de tema! Esa habilidad en qué país la aprendiste?
Silvio: Es picardía criolla, innata!
Mario: Cuando te preguntaban de chico que te gustaría ser cuando seas grande… que respondías?
…Silvio me mira a los ojos, y sus labios que mostraban una sonrisa esplendida se bajan en medio segundo, un silencio rotundo invadió la mesa y repentinamente:
Silvio: Tantas cosas… En su mayoría no era lo que quería contestar, sino algo para salir del paso. (Vuelve a sonreír con una sonrisa distinta) Más de una vez oculte mi deseo de ser artista, había gente que no lo iba a entender. Eran otros tiempos. Por un lado se admiraba a un actor famoso y por otro lado si decías algo tan sensible como “querer cantar” se reían algunos. Hoy cambió la visión de esa misma gente! Viste cuanto se baila en los medios.
Mario: Y porque cambió?
Silvio: Por un lado el hombre se está replanteando: trabajar para sí mismo o trabajar para los demás; ayudar a una empresa o a sí mismo. Las mismas corporaciones no pensaron en el empleado y hoy eso el hombre lo percibe. No estamos tan “Megacorporacionistas”. Entonces más bien se admira al que se las juega solo. Por otra parte, recuerdo a mi madrina diciendo “ese es un trabajo muy bohemio, inestable”, pero hoy esas palabras no corren más, todo es inestable, todo cambia en poco tiempo.
Mario: Entonces hoy se respeta más al artista?
Silvio: Buena pregunta… Tenés un día más para la entrevista? La tengo que responder en términos generales y no confundirme con “si me respetan más a mi”. Creo que si, a nivel general, más allá de la fama o dinero, no se lo ve tanto como “una rata” como era quizás 30 años atrás. Lo siento si suena feo, pero en el Tango era incluso más fuerte. Fijate como se dió vuelta el tablero. Yo trabajaba a mediados de los 90 en San Telmo, sé de lo que te hablo.
El artista es un creador de sensaciones, trabaja para la gente, y a veces está dando lo mejor de si mismo para regalarle al público un momento, y hacerlo llorar, reir, soñar… Si bien eso es su trabajo, alcanza su mayor manifestación cuando no lo siente como un trabajo sino como algo que ama. Cuanto más sensible al arte sea su público, más podrá navegar el artista en su propia creatividad. Si el público no es sensible a ese arte, no lo va a respetar, ni pagar por ello. Allí está la gran meta de un artista, sensibilizar a las personas, enseñarles el arte, hacer que ese arte sea amado… Entendés?
Mario: Creo que si, y un artista ama a su arte?
Silvio: El que ama a su arte se llama artista… atención que no es igual amarse “a si mismo”. Algunos se aman y otros se odian a si mismo. Un artista “nato” en pocos segundos puede hacer algo que capture la atención de millones de personas, mas alla de su amor propio.
Mario: Y amarse mucho…?
Silvio: Quererse es una cosa, y esconderse detrás de un concepto, es otra. Te lo dijo por experiencia propia: Sin darse cuenta, uno se esconde detrás de conceptos que lo protegen. El artista amplio en general lucha contra eso, o justamente trasciende por no dejarse atrapar.
Mario: Y vos, respecto a eso?
Silvio: Uf… pensá que vengo del Tango… Me gusta el tango, pero… tiene mucho de limitarse detrás de un estilo, incluso de ese mismo ejercicio de vida que es la milonga. Algunos que lo bailan no aceptan otras manifestaciones que no sean la suya. Alguna vez yo agité esa bandera también, y la agité fuerte… A veces es pasión y a veces esconderse detrás de un concepto “el mío, y lo demás no es Tango…” Bueno, yo no era “tanto” así, pero en algún momento juzgué mucho también. Casi 10 años nadé en un mundo del tango muy conservador, dentro de lo escénico y la milonga. Fué lindo, si… Pero paralelamente hacía algo en cine, o tv; cosas que me gustaban. Era como si lentamente la vida misma me estaba mostrando que lo mío no era solo bailar Tango; y mira que el Tango me encanta. Después, un par de experiencias teatrales, un par de colegas que admiro, y mi propia curiosidad me fueron abriendo otras puertas.
Mario: Y esos conceptos son estilos? Son modas? Ayudan o afectan a la creatividad?
Silvio: Hay un peligro: no replantearte tu obra, o a vos mismo, mejor dicho. Sos un artista o un reproductor? Un creador o un buen intérprete? Ambos están muy bien. Hay momentos para todo. Reproducir un estilo tiene reglas claras para saber si estás dentro de “lo que se trata”; lo cual es también exigente. Tratar de ser novedoso, en cambio, atenti! Hay mucho intento que no llega, mucha confusión. Al no haber reglas quedás solo con el público, que te comprenderá o no. La experiencia te lo va diciendo. Por otro lado, está saber escuchar a la gente, al mundo global de hoy, “Que le pasa al mundo?” El tango es un arte que mira mucho hacia adentro, y lleva ese “adentro” al exterior del país.
Mario: Entonces, que decías que querías ser? Silvio: Dije muchas pavadas, como ingeniero agrónomo (a mi papa), carpintero (a mi mama), aunque mirá esta mesa! La hice yo! También dije que sería Optico, que se yo cuantos inventos dije… Una vez dije que que quería cantar y bailar, fue en una clase de música de la escuela primaria. La desubicada (maestra) me dijo que tenía “vos de pito”. Que poca sensibilidad! Te imaginas?
Mario: Y ahora? No tenés ganas de ir y decirle algo frente a frente?
Silvio: Quien sabe dónde está! Si es que está aún… Pero mirá un ejemplo distinto: Hace poco, mi maestra de segundo grado, que ni se cómo obtuvo mi teléfono, me felicitó. Me llamó para decirme que me saqué un 10 y me hizo llorar. Cuánto vale eso? 30 años después… Sabes cuánto vale ese 10 para mí? Después de tanta pavada, tanta alegoría de la imagen, chapeo, de gente sin vocación… que alguien me demuestre que se acuerde así de mi… y casualidad, yo recordaba su nombre y no tantos otros. Por qué será? no?
Mario: Y de quien más te acordás de esa época?
Silvio: Julia, la de quinto, me dijo convincente que estudie idiomas, me alentó. De CARLOS!!! En mayúscula! El de sexto, un maestro! Tenía un Taunus viejo y ruidoso, era exigente, y en el aula no volaba una mosca. Hasta el momento yo creía que me faltaba inteligencia, pero Carlos sabia como incentivar. Me acuerdo que tomó un examen difícil a fin de año. Fue un antes y un después. Comencé a creer en mis capacidades. Susana y María Angélica también (vecinos amigos) me apoyaban. Recuerdo latente cada una de las palabras de ese maestro el ultimo día: “usted me sorprendió, es un rebelde, pero muy inteligente, y eso lo hace pel